La pobreza y la exclusión social suelen ir de la mano, por lo que cuando una persona se queda sin hogar no sólo se ve privada de los recursos materiales fundamentales para poder vivir dignamente, sino que también ve cómo queda limitado el ejercicio de su ciudadanía y, en consecuencia, el disfrute pleno de sus derechos.
¿Y esto por qué ocurre?
Pues porque cuando estás sin hogar no sólo has perdido tus recursos económicos, sino también muchos de los personales y sociales. Normalmente no tienes o has perdido tu red familiar, como causa o consecuencia de tu situación; y en el proceso de deterioro que estás viviendo cada vez te aíslas más de una sociedad que te rechaza y margina por tu situación.
Cualquier persona, con o sin hogar, debería tener derecho a ser atendida, asesorada, a pasear, a sentarse a descansar en la calle, a tener tarjeta sanitaria, a empadronarse, a votar, a una vivienda digna, etc. Sin embargo, como bien sabemos, esto no ocurre siempre. El sinhogarismo supone además más vulnerabilidad, ya que tienes los mismos riesgos que la población general pero menos factores de protección.
NO CALLES
Sin hogar y con derechos
El objetivo de esta campaña es fomentar la participación y el empoderamiento de las personas sin hogar, poniendo a su disposición información sobre sus derechos y promoviendo la reivindicación solidaria de los mismos entre el conjunto de la sociedad.
En Asociación Realidades trabajamos desde 1992 para mejorar la calidad de vida de las personas sin hogar fomentando los cambios positivos y la autonomía. Nuestro modelo de trabajo e intervención se basa en el respeto, el acompañamiento, el consenso y la participación. En consonancia con este modelo de intervención, orientamos parte de nuestro trabajo de sensibilización al empoderamiento de las personas sin hogar, para que participen en las decisiones y acciones que afectan a sus vidas en todos los ámbitos: en lo personal y también en lo social y lo político.